martes, 1 de febrero de 2011

LA CIUDAD DOLIENTE(1)


 "entre tanto estruendo, no sería muy transparente la puerta del Purgatorio"

Con la entrada en el Purgatorio, llega el caos tanto para los burgaleses y foráneos de la ciudad allá por el 36,  para algunos de los lectores, por ejemplo yo... me dejó un tanto sabor a poco "la inquietud", de final inacabado, seguramente intención del autor que por entonces tendría pensada su idea dantesca de la trilogía.


Nada es lo que parece y lo que parece no es...ángeles crueles, tortugas explosivas, personajes anacrónicos, meados de murciélagos como armaduras, gárgolas que comen, estatuas que hablan...sin duda quimeras alegóricas de situaciones que realmente provocaron miedos y retorcimiento de conciencias....

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"¿quién es el enemigo aquí? este mundo es una caricatura del nuestro una broma pesada."
(Voz de Gil Fermoso)

Posiblemente la anterior sentencia resuma en una acertada frase el sentir de la mayoría de los españoles durante esos malditos tres años, unos seducidos por las ansias de libertar, otros movidos por el ansia de poder....pero cuantos inocentes en medio ¿cuántos?

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En medio de este aparente caos, el cicerone de la excursión aparece como un cuadro, como adorno...solamente nombrado... pero sigue... centra el pasaje los remordimientos, las conciencias de nuestros quijotes en una "mancha" que no buscaron: Paisan se lamenta ¿de entrar en un sitio al que no pertenece: ¿Purgatorio versus alzamiento?; Rodrigo en las dudas de su condición sexual sabe lo que no quiere pero no lo que desea y Julián el viejo quijote se revuelve en sus remordimientos de haber hecho lo que no debía y lo que debía de haber hecho.Tres edades tres etapas como Paraíso, Purgatorio e Infierno...curioso ¿no?


Aniquilamiento del que estorba: "los sellos que quedan sin matar se rebelan" y la imagen de España en ese momento: "la Casa del Terror, podíamos rebautizar así a España". Frases que se me quedaron grabadas y que tan inteligentemente inventa Esquivias (continuaremos....)

11 comentarios:

J. G. dijo...

he empezado tarde con el segundo tomo, pero ya estoy en él

Merche Pallarés dijo...

Muy bueno tu escueto análisis, querido Tucci. Yo ya voy por el tercer y, supongo, último capítulo de "La ciudad del Gran Rey". ¡Qué largos son sus capítulos...! Besotes, M.

matrioska_verde dijo...

El pasaje de los carteros y los sellos de correos me ha parecido magnífico, y lo tengo muy reciente porque lo leí ayer.
Esta novela me está encantando por loca y disparatada, aunque en la trama todo parece que encaja.
Óscar lleva aquí a los personajes al límite: Paisán con crisis nerviosa, Rodrigo que ya inaugura su condición sexual, Julián que se deja vencer por la pena, Garrús que coge nuevos ímpetus de superviviencia…
Y sólo voy por la mitad. ¿Qué nos deparará el resto?
Biquiños,.

Belén dijo...

Madre mía, yo soy rápida al leer pero vosotros me ganáis de fijo jajajajajaj

Besicos

Asun dijo...

Sí que "Inquietud en el Paraiso" te deja con la sensación de "¿y ahora qué? Así que invita a seguir con el siguiente para no quedarte con la intriga.

Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Toda España se convirtió en una ciudad de pesadilla en la que cada uno sufría su propio miedo. Esa desorientación de los lectores procede de la materia narrativa misma.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Defintivamente: imposible engancharme a la lectura de Esquivias. Ello no me impide pasarme por los amigos y daros un fuerte abrazo a todos.

Myriam dijo...

ES como un salto al vacio y cada uno viviendo su drama personal en la locura colectiva.

Abejita de la Vega dijo...

En la ciudad doliente cada uno sigue su propio purgatorio y no hay cicerone.
Tan desorientados como los personajes, andamos los lectores.


Un abrazo

Kety dijo...

¡Como corréis!
Acabo de leer Inquietud en el Paraiso y estoy esperando de la biblioteca la Ciudad del Gran Rey para continuar esta aventura dantesca, que espero me enganche de la misma forma.

pancho dijo...

El blocao es el lugar en el que pueden defenderse de una ciudad tan violenta, pero no mucho mucho más que la que dejaron cuando entraron en la catedral.

Las guerras son cosa de hombres. La ausencia casi total de mujeres en la narración ( excepción sea hecha de los relatos intercalados)así lo corrobora.

Excelente texto.

Un abrazo.